"No seré una estrella de rock. Seré una leyenda". Y lo consiguió. Ayer domingo se cumplieron 22 años de la muerte de Freddie Mercury. Nacido en Zanzíbar y criado en Reino Unido, fue en los años 70 cuando conoció a Roger Taylor y Brian May y empezó a tomar forma Queen. Entonces, cambió su apellido por Mercury porque Mercurio es el mensajero de los dioses y le parecía un nombre más digno para una estrella de rock. Y así, con Seven seas of Rhye, Queen asaltó las listas de éxitos británicas.
"¿Por qué tenemos tanto éxito? Está claro: por mi carisma". Con voz de barítono, tímido, bromista pero sobre todo carismático, Mercury sabía lo que era ofrecer un auténtico espectáculo: capas, faldas y tacones, vestidos de novia, sus zapatillas Adidas... Era un showman en toda regla y convirtió a Queen en la banda precursora del rock de estadio. Su poder para conectar con el público y sus teatrales puestas en escena quedaron patentes especialmente en 1985, en el concierto Live Aid. Allí la banda consiguió congregar a más de 70.000 personas en el estadio de Wembley. Media hora que cambió la historia de la música:
Freddie Mercury también hizo carrera en solitario, grabando dos discos: Mr Bad Guy y Barcelona. Y al decir "Barcelona", si ya tienes cierta edad será inevitable que recuerdes su dúo con Montserrat Caballé en 1988. Y es que también colaboró con muchos otros artistas, desde David Bowie (aquí juntos a capella) a Michael Jackson y hasta ejerció de productor musical.
Ya en 1991, su deteriorado aspecto físico le llevó a reconocer públicamente que tenía SIDA. Un día después del anuncio, el 24 de noviembre, fallecía por una neumonía causada por su enfermedad –así vivimos en España la noticia a través de Informe Semanal–. Un año después, Wembley volvió a llenarse, esta vez en un concierto homenaje por el que pasaron hasta Metallica o Elton John. Con 300 millones de discos en todo el mundo, la historia se ha encargado de darle su merecido lugar: el de leyenda.
Suyos nos quedan grandes himnos: Bohemian Rhapsody, Under Pressure, Show must go on... Algunos figuran en esta lista, aunque el más tarareado y pegadizo, sin duda, es We are the champions. Así lo demostró un estudio realizado a miles de personas entre las universidades de Londres, Nueva York y Goldsmith. Por detrás quedan otras como el Y.M.C.A de los Village People o Final Countdown de Europe.
"Siempre supe que era una estrella. Y ahora parece que el mundo está de acuerdo conmigo".
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