Silvia Tinoco © |
1. El nombre la banda es inaccesible, difícil o estúpido
El nombre es un elemento enormemente importante para la personalidad de una banda. Rage Against The Machine no habrían sido lo mismo si se hubiesen llamado Zach & De La Rochas. ¿Habéis pensado en utilizar un signo de exclamación, el apellido impronunciable de un poeta serbio o colocar una falta de ortografía de forma intencionada? Pues tened cuidado porque en vuestro afán por elegir un nombre inteligente, dándole una vuelta de tuerca, podéis estar dificultando que el público llegue a encontrar vuestra música.
Desde Velvet Magazine os recomendaríamos incluso hacer una búsqueda en Google del nombre. Si es una palabra muy común, al hacer una búsqueda aparecerán miles de resultados, por lo que tendríais que trabajar muy bien vuestro posicionamiento en la red y lleva tiempo. Y si ya habéis elegido un nombre, en élfico, por ejemplo, como sugiere la versión original de este artículo, id a por él y defendedlo.
2. Tenéis un mánager antes de necesitarlo
Tener mánager parece querer decir que uno se está tomando su carrera en serio, ¿no? Que la banda tendrá grandes conciertos, oportunidades de marketing y el éxito a la vuelta de la esquina. Y es que suelen tener más contactos que el Dalai Lama. Sólo hay que dejarlo todo en sus manos y las cosas irán por el camino correcto. Como diría el anuncio: Error.
Un artista tiene que preguntarse si realmente necesita un mánager. Si creéis que deberíais tener uno, entonces no lo necesitáis. Un mánager tiene que ser un activo, no un accesorio que está ahí para alimentar la vanidad de la banda. Si todavía estáis dando conciertos en pequeños locales, podéis manejar la situación vosotros mismo y además no perder el porcentaje que se le suele pagar a un mánager. Además, hacer las cosas por uno mismo también puede reportaros importantes contactos.
3. Sois una banda perezosa que cree tener poderes mágicos
El éxito no cae del cielo y premia a la gente con talento porque sí. El éxito requiere mucho trabajo duro. Si creéis que por ensayar una vez cada dos semanas enviar algunos emails a varios promotores ya está el trabajo hecho, el proyecto no saldrá adelante. Ensayar al menos una vez a la semana es lo mínimo para empezar a trabajar en serio.
4. Falta de autopromoción
Tampoco entran aquí las bandas perezosas. Una banda tiene que salir, relacionarse y hacer contactos casi constantemente. Acercarse a promotores que les interesen, contactar con cada blog, web o medio local y conseguir que sean conscientes de que el grupo existe. Y si la banda tiene un concierto cercano, tendréis que trabajar en esto al menos tres veces más, remover cielo y tierra para que el mundo sepa que estáis ahí.
5. Falta de paciencia
Y si hace falta mucho trabajo, también hace falta mucha paciencia. Como se dice siempre, la música es una carrera de fondo que requiere entrenar todos los días para ir alcanzando objetivos. El reconocimiento y la fama no llegan de la noche a la mañana.
Ya sabéis lo que dicen: lo que fácil llega, fácil se va. ¡A trabajar por el éxito!
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